El atractivo de Europa es innegable: su rico patrimonio cultural y su plétora de regiones anglófonas la convierten en un destino privilegiado para quienes proceden de países occidentales. Sin embargo, la perspectiva de unos impuestos elevados puede parecer desalentadora para los inmigrantes potenciales. Afortunadamente, algunos países de la Unión Europea han instituido programas fiscales especiales que podrían aliviar considerablemente esta carga. Entre ellos, Malta, Irlanda y Chipre destacan por sus atractivos regímenes fiscales para no domiciliados.
Comprender el régimen fiscal de los no domiciliados
Un régimen fiscal no domiciliado gira, en esencia, en torno al concepto de domicilio. Por lo general, se considera que una persona está domiciliada en su país de nacionalidad y en el país donde ha pasado la mayor parte de su vida. Es lo que se denomina domicilio de origen. Sin embargo, una vez cumplidos los 18 años, puede abandonar su domicilio de origen y adquirir un domicilio de elección, que puede ser otro país. En esta decisión influyen factores como la presencia física y la intención. Los entresijos del domicilio pueden variar ligeramente de un país a otro, por lo que es fundamental conocer la legislación local. La HMRC (Agencia Tributaria británica) ofrece una explicación exhaustiva del concepto de domicilio y sus implicaciones en la situación fiscal.
Malta: Un enfoque distinto del domicilio y la residencia
En Malta, la definición de domicilio y residencia son dos conceptos jurídicos distintos, cada uno con implicaciones fiscales diferentes. Según la legislación maltesa, se consideran domiciliadas las personas que viven a tiempo completo en Malta y la consideran su residencia permanente. Sin embargo, la ciudadanía maltesa por inversión no equivale necesariamente a domicilio, lo que significa que aún podría reclamar la condición de no domiciliado y disfrutar de obligaciones fiscales reducidas. A los no domiciliados se les aplica un régimen fiscal basado en las remesas, que grava las rentas obtenidas en Malta y las rentas extranjeras remitidas y percibidas en Malta. Sin embargo, las plusvalías extranjeras no están sujetas a tributación, aunque se perciban en Malta. Para los no domiciliados, existe una obligación tributaria mínima de 5.000 euros anuales. En el sitio web de la Autoridad de Servicios Financieros de Malta figura una guía completa de la legislación fiscal maltesa.
Irlanda: Normas estrictas para las remesas
Al igual que Malta, Irlanda distingue entre residencia y domicilio. Una persona puede ser residente irlandesa sin estar domiciliada en Irlanda. Los no domiciliados en Irlanda tributan por las rentas o ganancias de origen irlandés, así como por las rentas remitidas a Irlanda. Sin embargo, las normas irlandesas sobre lo que constituye remesas de fondos son más estrictas que las maltesas. Por ejemplo, el uso de una tarjeta de crédito extranjera para comprar bienes en Irlanda se considera una remesa. Las personas que solicitan el estatuto de no domiciliado deben demostrar su domicilio en el extranjero por diversos medios, incluido el mantenimiento de vínculos personales y económicos con el país extranjero.
Chipre: Un paraíso fiscal para nómadas digitales
Chipre presenta una opción lucrativa con el programa para no residentes más favorable desde el punto de vista fiscal de los tres países. El estatus de no domiciliado en Chipre dura un máximo de 17 años, y sus titulares están exentos de impuestos sobre dividendos e intereses, independientemente de su origen. Junto con un requisito de presencia mínima de sólo 60 días a efectos fiscales, el régimen de no domiciliación de Chipre es especialmente atractivo para los nómadas digitales y los viajeros permanentes. Una ventaja añadida es la exención del 100% de los salarios percibidos por trabajos realizados fuera de Chipre durante más de 90 días en un ejercicio fiscal a un empleador no chipriota.
Regímenes fiscales para los no residentes fuera de la Unión Europea
Curiosamente, el concepto de régimen fiscal de los no domiciliados no es exclusivo de Europa. Otros países fuera de Europa, como Singapur, Malasia y Hong Kong, también han implantado sistemas similares que ofrecen políticas fiscales favorables a las personas físicas no domiciliadas. En Europa, pero fuera de la Unión Europea, el ya mencionado Reino Unido (incl. Irlanda del Norte) y algunos de sus territorios utilizan el sistema no domiciliado.