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Fundamentos de la inversión en diamantes

Las inversiones en diamantes, aunque glamurosas, a menudo pueden intimidar a los novatos bajo la impresión de que se requiere una pericia especializada. No obstante, no es necesario ser un experto en diamantes. Empresas de certificación confiables como GIA, HRD e IGI están disponibles para asesorar e informar a los inversores. Cada diamante certificado por ellos detalla parámetros como peso, pureza, color, talla, acabado y simetría. Al comparar estos datos con los precios actuales del mercado, incluso los inversores principiantes pueden determinar el valor de su diamante.

Certificación y autenticidad

Las certificaciones generan confianza. Junto con el certificado estándar, una inscripción láser actúa como un sello de autenticidad. Este número único, grabado en el diamante, coincide con el del certificado y es visible bajo un aumento de 20x. Estas medidas garantizan a los compradores la autenticidad del diamante y la integridad del certificado, proporcionando una garantía adicional para la inversión.

Entre las numerosas organizaciones en el mundo del diamante, GIA, HRD e IGI se destacan como el estándar de oro en certificación. El Instituto Gemológico de América (GIA) es reconocido mundialmente y ha establecido el estándar en la clasificación de diamantes y piedras preciosas desde 1931.

El Hoge Raad voor Diamant (HRD), o Consejo Superior del Diamante, fundado en Bélgica en 1976, es la autoridad líder en Europa en certificación de diamantes.

El Instituto Gemológico Internacional (IGI), establecido en 1975, tiene una amplia presencia internacional y es reconocido por sus completos programas educativos y servicios de laboratorio.

Estas instituciones son fundamentales en la industria del diamante, ofreciendo información precisa y coherente sobre las gemas. Con sus rigurosos estándares y evaluaciones imparciales, garantizan confianza en cada transacción de diamantes.

Categorización de diamantes

No todo lo que brilla tiene calidad de inversión. Aunque todos los diamantes pueden deslumbrar, se clasifican en dos categorías: de inversión y de joyería. Los diamantes de inversión, que representan solamente el 3% del mercado mundial, tienen colores que van desde el D al G y una pureza de IF a VS1. Todas sus características, como talla, acabado y simetría, son de máxima calidad. En contraste, el 97% restante puede ser visualmente atractivo, pero no es necesariamente la mejor inversión debido a su limitado potencial de beneficios.

Los diamantes de joyería se utilizan principalmente en adornos como anillos, collares y pendientes. A diferencia de los diamantes de inversión, estos priorizan el atractivo visual sobre criterios de clasificación estrictos. Vienen en una gama más amplia de colores, purezas y tallas, lo que los hace más variados y, en muchos casos, más asequibles.

Los precios de los diamantes de joyería pueden variar ampliamente, desde los más accesibles hasta los prohibitivamente caros, dependiendo de factores como tamaño, marca, montura y diseño. Aunque pueden no ofrecer el mismo rendimiento de inversión que los diamantes de inversión al revenderlos, su popularidad y demanda a menudo facilitan su venta, especialmente si están asociados a marcas de renombre o a una artesanía particular.

¿Dónde comprar y almacenar diamantes?

Contrario a la creencia popular, adquirir diamantes no tiene por qué ser un proceso complicado. Con un poco de investigación y conocimientos, es posible realizar una inversión acertada. Es recomendable optar por joyeros y comerciantes de diamantes de buena reputación al hacer una compra. Países con sistemas bancarios sólidos como Suiza y Singapur ofrecen opciones seguras para almacenar diamantes. Estos países cuentan con regulaciones estrictas y una reputación de mantener la confidencialidad, asegurando así la seguridad y discreción de tus piedras preciosas.

¿Dónde NO comprar y almacenar diamantes?

Aunque los diamantes deslumbran universalmente, no todos los países brillan por igual en sus prácticas comerciales y de almacenamiento. Las naciones manchadas por los «diamantes de sangre» o «diamantes de conflicto» —piedras extraídas en zonas de guerra y vendidas para financiar conflictos armados— como Sierra Leona, Liberia y algunas regiones de Angola, deben ser abordadas con extrema precaución. Además, países con climas políticos inestables, corrupción desenfrenada o supervisión regulatoria laxa pueden representar riesgos tanto para la compra como para el almacenamiento de diamantes. Venezuela, Zimbabue y la República Centroafricana han suscitado preocupación en la comunidad mundial del diamante en ocasiones, debido a irregularidades y falta de transparencia.

Es esencial que los inversores y aficionados realicen una investigación exhaustiva, den prioridad a la ética y se aseguren de que el origen y el manejo de los diamantes sean legítimos y seguros antes de aventurarse en cualquier transacción.