Es febrero de 2023 y con Europa, o al menos parte de ella, en guerra. Para preservar el actual estado global, Occidente se enfrenta a inversiones multimillonarias en la próxima década. Tres tendencias han aflorado en el año: la independencia energética de Rusia/China, la electrificación y el sector armamentístico. Para sobresalir en ellos, son necesarias diversas estrategias y materiales, y estas son mis principales selecciones para las perspectivas más prometedoras en 2023.
Uranio
A lo largo de 2022, el mercado del uranio experimentó una mejora significativa de sus fundamentos mientras su precio al contado rondaba los 50 dólares por libra. Hubo numerosos informes positivos, entre ellos:
- La decisión de Alemania y Bélgica de prolongar la vida útil de sus reactores,
- la creación por Gran Bretaña de un fondo de apoyo a la producción de combustible nuclear como alternativa a la importación de materias primas de Rusia,
- Japón, entre otros, ampliando el funcionamiento de sus reactores, lo que indica un cambio de sentimiento tras el desastre de Fukushima,
- el Departamento de Energía de EE.UU. adjudicando los primeros contratos a productores nacionales para el suministro de uranio para sus reservas estratégicas.
A pesar de la abundancia de noticias positivas, el ETF URNM tendió a la baja durante la mayor parte del año, pero las empresas de uranio obtuvieron mejores resultados que el índice S&P500, como muestra el gráfico del ETF SPY.
En conclusión, las perspectivas del uranio para 2023 son prometedoras, con expectativas de que el precio de la materia prima se mantenga por encima de los 50 dólares por libra. Esto es un buen augurio para la industria del uranio, que tiene un importante potencial de crecimiento.
Metales raros
La competencia por los metales entre Occidente y Oriente es especialmente intensa cuando se trata de metales de tierras raras, en los que China ostenta el monopolio de la extracción y el procesamiento. Para mitigar esta dependencia, las naciones occidentales están tomando medidas para establecer su propia cadena de suministro.
Algunos ejemplos son los planes para construir instalaciones de refinado y separación de elementos de tierras raras en EE.UU. y Australia, y la creación de la Asociación para la Seguridad de los Minerales (MSP). La MSP, integrada por países como EE.UU., Australia, Canadá, Finlandia, Francia y Corea del Sur, entre otros, pretende garantizar el acceso de sus miembros a materias primas críticas. Esta asociación facilitará las inversiones gubernamentales y del sector privado en proyectos relacionados con la extracción y el procesamiento de elementos de tierras raras y otros minerales estratégicos.
Preveo que las empresas que desempeñen un papel clave en la creación de esta cadena de suministro alternativa cosecharán beneficios a largo plazo.
Cobre
La transición a la electrificación impulsará la demanda de cobre. En 2025, los vehículos eléctricos
eléctricos ocuparán una cuarta parte del mercado mundial del automóvil y necesitarán tres veces más cobre que los vehículos con motor de combustión interna, por no hablar de la infraestructura de recarga necesaria.
Las fuentes de energía renovables, como la eólica y la solar, son aún más intensivas en cobre: los parques eólicos marinos consumen cinco veces más cobre que las centrales eléctricas tradicionales, y las instalaciones solares requieren más del doble de cobre que las centrales eléctricas convencionales.
Las previsiones muestran que la demanda de cobre aumentará de 25 millones de toneladas a aproximadamente 50 millones de toneladas en 2050. A pesar de esta creciente demanda, el cobre sigue escaseando debido a la escasa inversión en nuevos descubrimientos y a problemas internos en los principales países productores de cobre, como Chile y Perú.
En la actualidad, la producción anual de cobre ronda los 25 millones de toneladas, y se calcula que en la próxima década se necesitarán 10 millones de toneladas adicionales para satisfacer la demanda.
Teniendo en cuenta estos factores, creo que el cobre tiene potencial para obtener buenos resultados en 2023, incluso ante una recesión económica.
